miércoles, 23 de noviembre de 2011

Inseguridad. Verdades, mitos y paranoias



Debo reconocer que, al partir hacia las Américas vine cargado de paranoias, prejuicios, miedo y ultra prudencia.
Las noticias que llegan a España de estos lares no son precisamente esperanzadoras. Más bien, solo llegan noticias trágicas, que narran historias de asesinatos, secuestros exprés, narcotráfico y mafias varias.
No negaré dichas evidencias ni haré el papel de abogado del diablo ya que estaría perdiendo el tiempo desde el segundo 0. Que hay marrones, que la situación es más complicada que en Europa, seguro. Que te conviertas en un blanco fácil nada más pisar estos países, falso.
Los datos previos y las experiencias de otros viajeros hacen que uno llegue a desconfiar incluso de su propia sombra.
En mi mochila cargo diversos objetos: Un ojo de Estambul (cortesía de Laia), una piedra de mi madre, en México me hice con una Guadalupana y en Perú con un collar que venero como mi más preciado tesoro.
Todos ellos los llevo como amuletos, por si las moscas. Ok… pero déjenme explicarles que en verdad soy cero supersticioso, que no creo en eso de que si un gato negro se cruza en medio de tu camino ya estés muerto y que no se pueda uno servir de una camisa amarilla si sube encima de un escenario. Créanme, es así.
Centro y Sudamérica ,por el momento, no me está pareciendo extremadamente hostil. En todo caso, nada comparado a toda la info previa recopilada en periódicos, foros de viajeros, blogs, amigos y demás fuentes informativas.
Claro está que existen sustanciosas diferencias con el mundo que uno está acostumbrado a pisar. Con esto no estoy juzgando y, por favor, que nadie se sienta ofendido por mis palabras. Existen ciertas normas implícitas que si uno las cumple reduce un alto porcentaje la probabilidad de mala vibra, aunque evidentemente la posibilidad siempre existe. Y seguramente la consecuencia del peligro, en caso de que lo hubiera, puede ser mucho más trágica que en Barcelona.
Existen ciertas normas que, tras 4 meses y pico de viaje, a uno ya no le sorprenden: que existan zonas rojas que hay que evitar, ciertas calles o barrios intransitables, evitar la calle a ciertas horas de la noche o andar con mucho ojo con el taxi que uno agarra, tratar de escoger un hostal en una zona tranquila. Algunas de ellas les parecerán de sentido común y es que no se necesita mucho más para poder sobrevivir en el otro lado del Atlántico o en cualquier otra parte del mundo.
Vivir con la paranoia al peligro no es sano pero la imprudencia se puede pagar cara.
En México, les conté, hay que saber qué taxi es seguro y cual no; en fin, yo agarré de los dos. En Panamá recuerdo cómo un policía uniformado, armado con una metralleta que daba miedito, nos dijo que mejor no continuáramos nuestra dirección, a nuestra obvia pregunta de¿por qué?, sin tartamudear respondió: “ si siguen, les pelan”. En Bolivia dicen que están los mejores carteristas del mundo (será por pura supervivencia). Todo el mundo habla de los enormes peligros que uno corre al andar por tierras colombianas, y a cuantos ilusos he escuchado decir que se saltaban tal preciosidad de país por el peligro que corrían sus espaldas.
En fin, la única vez que sentí peligro real fue paseando solo por las calles de Managua, donde hasta los perros parece que respiren hostilidad. Bueno va… y, siendo generosos, en Bolivia con Andy nos medio giñamos en un taxi.
Por todo lo demás es recomendable llevar siempre lo mínimo encima. Salvaguardar su pasaporte en el hotel y tratar de llevar siempre una pequeña cantidad de dinero para saciar el ansia del ladrón.
Mientras escribo estas líneas trato de tocar toda la madera posible a mí alrededor, incluso el serrín de mi cerebro. Uno nunca sabe.
Pero oigan, hablando sinceramente y en serio, la verdad verdadera es que de momento a mí me han regalado mucha más honestidad, humildad, honradez, sonrisas y buenas vibras, en sus distintas formas de expresión, que cualquier otra cosa.
Sigo prudente y cruzando nuevas fronteras. En una semana salgo de Nicaragua para Honduras y Guatemala deseoso de más amor y nuevos paraísos que conquistar.

Os echo mucho de menos pero no tanto para volver.
Love
Willy

2 comentarios:

  1. Eiiii, és que és tant guai llegir-te! I merci pel ginyo de l'ullet ;) mua!
    L'altre dia amb el Jordi i la Marta comentàvem que escrius d'una manera que arriba de veritat, i és que val la pena cada frase dels teus posts. Bé, totes menys la que sempre poses al final, que sincerament, ja cansa... A ver si vuelves, ya hombre! Missssss u!
    L

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  2. uuuhhhhhhh lo guayu es rebre feedbacks com el teu titi !!! quiens ganes de veureus i fer una trobadeta aviat !! us trobo a faltar cony de déu !!
    un petonàs
    willy

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