sábado, 27 de agosto de 2011

El defectuoso











Cuando alguien me pregunte por el DF, sin parpadear les responderé que el defectuoso es una ciudad sobrestimulante, en constante movimiento, de grandes distancias, es una ciudad de trato agradable, de enormes contrastes, de máximo lujo, de dura miseria; en el DF mejor no bajes la guardia, pero con los básicos que te cuente la gente puedes andar tranquilo.

Tenemos que tener en cuenta que es una ciudad situada a 2400 metros de altura, que habitan unos 20.000.000 de personas, así que ya puede imaginarse la cantidad de coches y de personas moviéndose a hora punta en un día normal. Masas de transeúntes currantes con prisa para llegar al laboro inundan metro, peseros y calles. Seguramente si lo viera la M30 o la ronda litoral les parecería un chiste en comparación.

No es una ciudad al uso, ni es una ciudad fácil. DF is burning, hierve constantemente. Todo huele, se mueve, grita, suena, retumba, incluso cuando no debería.

Pero les aseguro que tiene algo que engancha, que enamora… sí, claro, ya se lo que piensan, en mi caso tengo a Rían. Pero si, también tiene el zócalo, la plaza Garibaldi, Xocihimilco, sus parques repletos de gente amable dispuesta ayudarte sin replicar, el museo de antropología, Coyoacán, San Angel, mercados de artesanías, los tianguis, etc.

Algo que me impresionó fue la actividad comercial constante en el metro. Desde chicles a portapapeles, pelotas de plastilina o vendedores armados de bafles con un potente subufer haciendo sonar, a todo volumen, toda clase de recopilatas con 500 canciones en mp3. Incluso podrán encontrarse chavales colocados de pega jugando a ser faquires. Da igual la hora, todo vale, es constante, pasa uno y empieza otro. Recuerdo, con Ri, agotados a las 23h30 una vendedora: “ huevos mágicos, a 5 pesos cuesta, 5 pesos le vale…bla bla bla”. De la risa que nos dio, no pudimos evitar unas ruidosas carcajadas que terminaron, como no, con la compra de un huevo, animando a los próximos a comprar uno.

En el DF he estado 3 semanas que me permitieron hacerme una breve idea de cómo moverme en transporte público, pesero, metrobús, metro, taxi.

De las pocas recomendaciones que les puedo dar es, pierdan la paranoia y calculen siempre 30 minutos demás en su trayecto previsto.

Fui a comprar al mercado, al súper, al más caro y al más barato y así hasta encontrar el punto en la economía familiar.

Un par de veces a la semana salí a correr por el campus de la UNAM.

Contacté con un increíble neurópata-fisioterapeuta que me visitó unas 4 veces y consiguió rebajar mi dura actividad cerebral por segundos.

Vaya, que hice de marujón y de turista a la vez. Nos encontramos con Ferran i Mireia que andaban de viaje mexicano y nos alquilamos unas trajineras en Xochimilco; degustamos el pulque, comimos en el mercado unos deliciosos tacos y acariciamos la actividad nocturna de Coyoacán.

Con Rían visitamos el museo de antropología, recorrimos el centro, el bosque de Chapultepec, nos divertimos con la luche libre y bailamos con los mariachis de la plaza Garibaldi. Descubrimos juntos rincones de Roma norte, paseamos por la Rosa, San Ángel, Coyoacán donde que tuvimos un encuentro fortuito con Gemma de las Hildegards y su gemelica.

Disfrutamos y vivimos el defectuoso. Hoy, apenas hace unas horas, nos despedimos en un mar de lágrimas en el aeropuerto. Fueron unos días muy intensos de subidón, bajón, tristeza, felicidad y sobretodo de mucho amor, cariño y complicidad.

Ri, cariño, nos vemos en Diciembre…

Next stop Costa Rica.

Os echo de menos pero tanto como para volver.



No hay comentarios:

Publicar un comentario